sábado, 21 de febrero de 2009

Pongamos ritmo a la vida

El ritmo es inherente a la naturaleza humana. Desde que estamos en el vientre de nuestra madre, vivimos con ritmos: el latido del corazón, el riego sanguíneo, la respiración, las canciones que cante mamá ... Todo ello nos atrapa y nos hace vivir en un magnífico medio cálido, agradable, acogedor y plenamente acompasado y rítmico.
Cuando nacemos esos tiernos brazos que nos acunan mientras nos cantan una relajante canción, lo hacen rítmicamente.
El bebé cuando empieza a coger objetos los golpea rítmicamente entre sí, contra el suelo, la cuna... y sus gorjeos también siguen una línea repetitiva y rítmica en su aprendizaje del habla.
Como vemos el ritmo
nos acompaña durante toda la vida, ayudándonos a desarrollar nuestro tempo personal, la sincronización de movimientos, el lenguaje, la lógica matemática...
Por tanto debemos trabajar el ritmo con nuestros hijos de forma lúdica y estaremos ayudándole en su desarrollo. Podemos hacerlo con instrumentos musicales que son muy atractivos para los/las niños/as. Adquirimos un conjunto de instrumentos (unas claves, unas maracas, unos crótalos, un triángulo, unos cascabeles, un pandero, un rascador, una caja china ) y tenemos nuestra mágica caja musical que les encantará utilizar.
En principio cuando son muy pequeños se trabaja con ellos el sonido-silencio, imitar objetos o situaciones cotidianas ( vamos a imitar el reloj, una persona que viene corriendo, un tren que se va acercando hacia nosotros... ) Progresivamente trabajaremos el pulso (rápido, lento, acelerando, ritardando...) y pequeños ritmos.
Como dice Willens el ritmo es un elemento intuitivo, viviente, real, espontáneo, especialmente ligado a la naturaleza fisiológica y motora.

Pongamos unas pizcas de ritmo a nuestras vidas y a la de nuestros/as hijos/as, ánimo es muy gratificante y divertido.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Cualidades del sonido

La música es un lenguaje universal que utiliza los sonidos en el proceso comunicativo de ideas, experiencias, sentimientos... Pero estos sonidos tienen que estar ordenados y organizados para que realmente exista la música como tal.
Como bien aclaran J. Challey y H. Challan esta ordenación tiene como base las cuatro cualidades que definen un sonido.
Al igual que son la base para la estructuración de la música, también se convierten en el punto de partida para la enseñanza musical en nuestras aulas, siendo los pilares sobre los que edificaremos los conocimientos musicales de nuestro alumnado.

¿Cómo abordaremos las distintas cualidades?

Seguiremos un orden lógico en la introducción de las cualidades, atendiendo a las características psicológicas del alumnado, éste es: timbre, intensidad, duración y altura.

Cada cualidad se trabajará de forma vivenciada y como binomios contrastantes (largo-corto, fuerte-suave...) facilitando la adquisición y la comprensión de los conceptos propuestos.

  • PERCEPCIÓN AUDITIVA (Reconocimiento)
  • ANÁLISIS(Memorización)
  • EXPRESIÓN(Reproducción)

La dinámica no será lineal, sino en forma de espiral. Se irá retornando a las mismas unidades, pero cada vez en un nivel más alto de complejidad.